Objetivo real del Faceapp: recopilar datos sin tu consentimiento

El reconocimiento del rostro como principal herramienta de una app social ha sido parte durante los últimos años de innumerables modas que van desde los filtros de instagram hasta el uso de realidad aumentada solo a partir de saber qué rostro está al otro lado. Incluso recordemos que había ya filtros en Snapchat que te muestran cómo serías si cambiaras de género.
Las modas pueden ser pasajeras pero dejan en la base de datos de compañías la información recopilada y actualizada de los consumidores actuales. Faceapp llega de forma masiva – una app que te permite efectos en el rostro – generando un fuerte éxito en todos los medios que la han compartido.
Hay que decir que esta app no es tan nueva, fue lanzada hace dos años por Wireles Lab, cuya sede está en San Petersburgo, Rusia. Tras un repentino éxito regional, fueron retirados del mercado pues las críticas que le llovieron eran porque resaltaban estereotipos físicos raciales. Actualmente la app se ha modernizado y es realmente muy buena analizando los algoritmos y creando una versión real de cómo serías en el futuro. No es tan buena cuando busca retroceder en el tiempo – solo limpia un poco el rostro y estiliza la cara – y en el caso de los demás filtros como agregar cabello o ponerle barba es relativamente aceptable.
Lo primero que uno se pregunta es qué tipo de información le estoy dando a los dueños de la aplicación sin mi consentimiento expreso cuando uno se toma la selfie y la comparte en sus redes. Si se revisa sus términos de servicios no parece ser tan diferente a lo que te piden otras aplicaciones. Indica en la información que puede recopilar “contenido del usuario (fotos, y otros materiales) que publica a través del servicio”. Es decir, si uno se toma la foto pero no la publica con este app sino simplemente lo mueve por otras redes, en teoría no estaría dándole información a dicha empresa.
El problema es que la app, una vez instalada, puede – como otras – monitorear tu actividad como usuario, revisando las páginas web que visitas y recopilando datos que puedes intercambiar cuando tengas este servicio activo. Es cierto que en el aviso de privacidad indican: “No alquilaremos ni venderemos su información a terceros fuera de FaceApp”, pero eso no significa que no la posean.
El reconocimiento facial es un gran problema pues es fácilamente viralizable. Basta revisar el llamado #10YearsChallenge que se popularizó en Facebook y que buscaba actualizar las imágenes nuestras en esta red social, era casi como recibir información gratuita para sus bases de datos.
Entonces, no significa que la app en sí puede generar problemas sino lo que hacemos al compartir fotos de nosotros en el paso de los años y compartirlos en redes. Esa foto de cómo te verás en los próximos años al incluirla en una red social puede ser llevada a terceros como empresas de vigilancia y poder tener en su base de datos rostros que sean identificable en el futuro. Imagínate si necesitan rastrearte en unos 10 años o más, bastaría la foto que te has tomado y la predictibilidad de verte así en el futuro para poder encontrarte en la calle.
Ya existe organizaciones como Big Brother Watch que creen que la tecnología de reconocimiento facial tiene un trasfondo político, pues puede ser utilizada por regímenes autoritarios.
“Monitorear a personas inocentes en público es una violación de los derechos fundamentales a la privacidad, a la libertad de expresión y al derecho de reunión”, señaló tras un ensayo de seguimiento facial en vivo de las autoridades en Londres.

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